Anclas que viajan contigo

Anclas que viajan contigo

domingo, 19 de abril de 2015

Brindis con agua de mar

Y con el silencio como música de fondo; así supiste Cocó, que la amistad a veces entra en sopor, en coma, en un punto y aparte que no sabes si dará paso a un nuevo párrafo. Que la vida es un entramado de caminos y que cada uno tiene el suyo. Que a veces los caminos se cruzan, se superponen, se dirigen en la misma dirección...o se separan en tangente, unas veces de forma imperceptible, otras, dolorosa.

¿Quién te iba a decir a ti; Cocó, después de tantos años y daños, perdones y suspiros, charlas y movimientos mojados en alcohol o en agua de mar, cómplices todos de un amor no pasional pero sí fraternal (porque Cocó, no sé si alguna vez has alcanzado a apreciar: la amistad no es sino una de tantas formas de amar); que todo comenzaría a sucumbir en un despliegue de caminos, podría decirse en abanico, con la típica sintomatología de unas vistas prolongadas en el tiempo, de un silencio conversacional, en el que no se sabe qué decir porque ya no hay apenas cosas que contar?

Vuelve a tu camino, pequeña Cocó; que la neblina no deja ver lo que vendrá, y estoy segura que otros caminos encontrarás; mas, como dijo Machado, cuando vuelvas la vista atrás, verás esa senda... que tan alegre disfrutaste pisar.



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